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Swedana debe usarse como parte de un tratamiento de los doshas en sinergia con las técnicas de abhyanga (masajes) que utilizan aceites herbales (con extractos de plantas y/o aceites esenciales). Existen varias técnicas, algunas «húmedas», como la envoltura en caliente (Sweda) y otras «secas», como las que prevén el uso de piedras calientes (Ratna Abhyanga) y la familia de Pindasweda Navarakizhi (saquitos llenos de mezclas de varios tipos  arroz, leche, decocciones de hierbas  calentados y utilizados para un masaje corporal largo).

El calor absorbido, se encuentra con la alta concentración de moléculas de agua en el lecho capilar y los depósitos de grasa subcutánea, que están sujetos a una serie de reacciones físicas y fisiológicas. El calor que llega a las células mejora la catálisis celular (eliminación de toxinas), el metabolismo, la vasodilatación, la presión capilar y la eliminación de fluidos.

El objetivo principal de Swedana es dilatar las srotas o canales corpo- rales para eliminar amas (toxinas) del dhatus (tejidos corporales).

El baño de vapor (swedana) limpia la piel más profundamente que un baño o ducha normal. La corriente caliente y húmeda hidrata el estrato córneo de la epidermis, que luego también retiene más agua. Los poros de la piel se abren y las glándulas sudoríparas y sebáceas, estimuladas por el calor, secretan sus secreciones y solutos, y la piel empapada de agua se limpia prácticamente también desde el interior, lo que resulta en una limpieza mucho más profunda, no solo de la epidermis, sino también de la dermis y del tejido subcutáneo. Además, la temperatura entre 40 y 55°C en la corriente de vapor, aparente- mente tiene propiedades bactericidas, especialmente en las áreas más cercanas a la salida de vapor (pies, manos y perineo). La curación más rápida de heridas y micosis cutáneas confirma esta afirmación.

Cuando el estímulo húmedo y caliente se prolonga lo suficiente, la temperatura de la piel aumenta e incluso puede superar los 37° C.

Este baño de vapor refuerza el bombeo cardíaco, aumenta la velocidad de circulación sanguínea y conduce a la vasoconstricción simpática de las zonas esplénica, musculoesquelética y renal.

Por lo tanto, se puede suponer que la suma de estos efectos conduce a la descongestión de los vasos de muchas zonas vasculares (a medida que la sangre circula más rápido, limpiando y reactivando profundamente el lecho vascular) y a la aceleración del metabolismo y los procesos vitales. La acción simultánea del calor y el vapor estimula la circulación sanguínea y linfática, disuelve las toxinas y los desechos metabólicos y ayuda a eliminarlos a través del sudor.